En todas las culturas hay mitos e historias que tratan el tema del paso de la infancia a la edad adulta, de la inocencia al conocimiento.
A mi me gusta especialmente la historia de Adán y Eva.
El Padre les ha organizado un Paraiso en el cuál pueden dedicarse al "dolce far niente" y, además, Dios está dispuesto a prolongar este estado hasta la perpetuidad, a cambio, eso si, de obediencia y sumisión incondicional.
La intención del padre es buena, proteger a sus hijos del "mal", pero su beneplacito esta sujeto a esta condición, y el Padre no perdona.
Adán y Eva en un momento dado deben sentir el tedio de vivir demasiado bien. Se aburren y se preguntan si de verdad la fruta prohibida les traería consecuencias negativas. Su obediencia sin límites al Padre flaquea, prueban del árbol de la sabiduria y se dan cuenta de que sí, hay algo más.
En la biblia se enfatiza la parte negativa de esta transgresión. Y es cierto que el paraiso es descrito como un lugar que, al menos visto desde fuera, uno no quisiera nunca abandonar, siempre seguros, siempre con las necesidades cubiertas y siempre bajo la protección del Padre. Pero los humanos tenemos esa cosa a la que llamamos curiosidad....
La pubertad, que dura unos cuantos años, y no siempre se supera con éxito, se parece mucho a esta corta historia. Y aunque puede ser la más significativa y universal "crisis evolutiva" humana, no es ni mucho menos la única.
Y todas se parecen un poco a esta historia.
- Se parte de un estado más o menos seguro.
- Se vislumbra una posibilidad de evolucionar, con el riesgo de perder lo que tenemos a cambio de algo cuyo valor no está probado.
- Duda.
- Asunción del riesgo o resignación.
Como siempre, no se sobreentiende que todo el mundo pase por todas estas fases, y la dificultad que estas presenten será diferente en cada caso particular.
Erikson ,uno de los psicólogos evolutivos más conocidos, describió una serie de crisis o etapas del desarrollo, que elevó a la categoria de universales. El desarrollo psicosocial iría, según él, estrechamente unido a la superación con éxito de estas etapas. Además, la no superación de una etapa dificultaría el paso a la siguiente.
Veamos cada una de las etapas:
- Primera Etapa. (0 a 1 año). Confianza versus desconfianza. Establecimiento de un apego (lazo emocional) seguro con un adulto (en el caso ideal la madre)
- Segunda Etapa. (2 a 3 años). Autonomía versus duda. Primeras experiencias de independecia del niño respecto a la madre (el adulto).
- Tercera Etapa. (4 a 5 años). Iniciativa versus culpa. La etapa del juego en la que el niño experimenta con sus capacidades.
- Cuarta Etapa (5 años a la pubertad). Laboriosidad versus inferioridad. Etapa escolar. Primeras experiencias en un grupo de iguales, el niño se compara con los demás y toma conciencia de la impresión que deja en el otro.
- Quinta Etapa. (Adolescencia). Identidad versus difusión de identidad. Desarrollo de la propia identidad o confusión y resignación bajo la sombra de los padres
- Sexta Etapa. (Adultez temprana 21 a 40 años aproximadamente). Intimidad versus aislamiento. Búsqueda de pareja con el fin de formar una familia.
- Séptima Etapa. Edad media (40 a 60 años aproximadamente). Generatividad versus estancamiento. Utilizar el saber para servir de guia a los mas jovenes.
- Octava Etapa. (Adultez tardía). Integridad versus desesperación. Aceptación de la muerte, asi como de la vida que se ha vivido.
Igual ha llegado el momento de inventar un mito (seguramente existe pero yo no lo conozco) que describa las consecuencias de no probar la manzana.
¿Qué hubiese ocurrido si Eva no hubiese probado el fruto prohibido? ¿Cómo se hubiera desarrollado la vida en el Paraiso (en el que la semilla de la curiosidad la plantó el mismo padre)?. ¿Qué sería la especie humana sin esta semilla?
Quizás una historia en la que Eva y Adán, a fuerza de no probar la manzana, fuesen haciendose cada vez más pequeños hasta quedar aplastados por el peso del padre.
Kafka describe este sentimiento en su libro "Cartas al padre". Comienza con esta dramática frase: "Me preguntaste una vez por qué afirmaba yo que te tengo miedo...." y le sigue una explicación conmovedora, que uno no puede menos que leer de un tirón, que llena decenas de folios y que el padre nunca recibió.
El tema del miedo al padre está latente en muchas de las historias cortas de Kafka, y casi todos los libros se pueden leer bajo este punto de vista psico-lógico - por supuesto también bajo otros puntos de vista-.
Por ejemplo en su novela "El castillo" donde todos los esfuerzos de K. son vanos y nunca puede alcanzar su objetivo, quizás por no atreverse a tomar el camino radical, por no saltarse la ley.
O en el relato corto "La condena" donde el hijo acaba precipitandose por un puente, incapaz de soportar tantos reproches.
Todos estos son escenarios posibles. Muchas veces se desarrollan en nuestro interior. Y mientras tanto vamos viviendo una vida, que igual no es la nuestra....
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