Ayer vi Star Wars con mis hijos. Justo el día de antes fueron los atentados de París; consecuencia lógica de la actitud imperialista y arrogante de occidente.
En Star Wars -una pelicula para niños- hay una separación clara entre buenos y malos. Los malos son los imperialistas: occidente. Y los buenos los rebeldes.
Por desgracia la analogía no es extrapolable a la vida real. Pues, si los malos somos los occidentales, entonces ¿quiénes son los buenos?
Lo más parecido a un rebelde que existe hoy en día es un terrorista (y no creo que haya mucha gente que considere que los terroristas son los buenos). Otra cosa es tachar sus actos de imcomprensibles. Eso es cinismo. Son actos lógicos. Cuando a uno le han quitado todo, ya no tiene nada que perder.
Pero entonces, ¿dónde están los buenos en la vida real?
¿Qué es el bien? ¿Quién se atreve a definirlo? ¿No es más fácil definir el mal?. El mal (o los malos) es aquel o aquello que me hace daño, a mi y a los mios. El mal es una categoria relativa.
Los rebeldes en Star Wars quieren aniquilar el arma omnipotente que está en manos de los imperialistas y que les aseguraría la dominancia del mundo. Ese arma si tiene analogo en la vida real y su eficacia -a corto plazo- esta probada empiricamente. Y los rebeldes más que buenos son valientes. Y quizás lo que falta en el mundo más que bondad o buenos sentimientos sea justamente eso; valor.
Me preguntó a que se deberá que visto en la pantalla la maldad de los imperialistas sea tan obvia y en la vida real, a pesar de ser los mismos, y de que no nos falta de infomación -aunque quizás
nos llega demasiado manipulada- es tan difícil vernos como tales. ¿Será que el grado de complejidad de la realidad nos abruma y nos paraliza? ¿Será que formamos parte de
él y darnos cuenta implicaría cuestionarnos a nosotros mismos? ¿Es la sobrecarga de información lo nos impide ver con claridad? ¿Nos desconcierta que los malos hagan actos de
caridad? ¿O es sólo cuestión de imagen?; que llevan traje y no van tatuados.
Aunque quizás no estemos tan ciegos y sepamos todo esto pero nos de todo una infinita pereza. Pereza a pensar. Pereza a renunciar. Pereza a actuar. Miedo a vernos con todas nuestras contradicciones.
Pereza a enfrentarnos con el mal banal y cotidiano. El mal que hacemos cuando vamos de shopping sin pensar de dónde viene la ropa. Y la cobardía. Cobardía a la hora de plantearnos para quién trabajamos y a qué se dedica la empresa a la que hemos vendido nuestra alma.
¿Por qué nos fascina tanto Dark Vader? ¿Qué diferencia hay exactamente entre él y nosotros?
¿Y el mal? No es ningún misterio que forenses o psiquiatras vayan a desvelarnos un día, no hay ningún gen por elucidar, debajo de la coraza de Vader no hay nada que explique el misterio.
El mal está a la vista, solo hay que querer ver.
Y Star Wars es sólo una película- les decimos a nuestros hijos.
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I. (miércoles, 18 noviembre 2015 17:35)
Buena reflexión, me ha hecho pensar...