Las "memoires involuntaires" son recuerdos altamente emocionales que se apoderan de nosotros de forma inesperada.
Olores y sabores las desencadenan constantemente pero también la vista de un paisaje e incluso la conciencia de un movimiento pueden provocarlas. Las que evocan una experiencia traumatica -"flash backs"- son altamente desagradables, pues nos hacen revivir literalmente la situación.
pero lo mismo puede decirse de las positivas; estos momentos son seguramente lo más parecido a la felicidad que existe.
Decía Proust que cuando se apoderaba de nosotros un recuerdo involuntario las preocupaciones, que hasta ese momento ocupaban nuestra mente, se nos aparecían de pronto como carentes de importancia. El tiempo como tal desaparecía (pues nuestro tiempo subjetivo está estrechamente ligado a nuestra memoria) y nos instalabamos en un presente liviano y atemporal.
Incluso el miedo a la muerte que -ahora sentimos- había estado ahí en todo momento no conseguiría arrancarnos más que una sonrisa condescendiente.
Friedrichshain, el barrio de Berlín en el que me instalé cuando llegué a la ciudad tiene cientos de esquinas que evocan en mí estas memorias involuntarias. Volviendo del trabajo el otro día me percaté de que sin darme cuenta había viajado en el tiempo. De pronto sentí con una certeza propia de un sueño que podía dirigirme a mi casa de la Wühlischstr. Y que allí, mi compañera Joanna -la de entonces- me estaría esperando y nos tomariamos un café polaco. Cogeriamos las bicis e iriamos a la Americangedenk, como antes era y nos parariamos en cualquier cafe de la Skalitzer. Y el futuro -ahora presente- sería todavía agradablemente incierto. Todo posibilidades.
Seguí en bici un rato sin poder (ni pretender) desprenderme de esta sensación y de pronto pensé que el tiempo sí había pasado y aunque yo siguiese sintiendome igual, tenia otra vida, completamente distinta y que me esperaba en la otra parte de la ciudad.
Al llegar a Schöneberg todo había terminado.
El tiempo y la memoria habían vuelto a su sitio. Snif. Volver tambien duele.
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. (viernes, 12 febrero 2016 16:27)
Que bueno. Gracias por compartirlo