El deseo femenino

"A diferencia del animal, el ser humano no posee un instinto que dirija su comportamiento, al contrario que en el pasado, ya no hay UNA tradición que le diga, que debe hacer, y así, actualmente, el hombre, parece no saber lo que en realidad quiere"

V. Frankl

 

Estamos desorientados.

 

Prueba de ello es la proliferación de programas con algoritmos que adivinan -se adelantan incluso- nuestros deseos. Estos apps nos dicen qué necesitamos, incluso antes de que seamos consicientes de ello. Gracias a sus espias -los coockies por ejemplo- leen nuestro inconsciente con una fiabilidad mayor que la nuestra, amenazando con darles la razón a neurocientíficos negacionistas del libre albedrio, al arrebatarnos la útima de nuestras libertades: la de desear.

 

La desorientación es un rasgo característicamente humano y abarca cada vez más ámbitos. Uno de ellos es el de la sexualidad.  Y me atrevería a decir que la femenina en mayor medida, pues parece ser que se confirma que, con respecto al sexo, el macho tiene un instinto más potente, lo cual también significa una guia más clara.

 

La pregunta sería, ¿qué desea realmente la mujer?

 

A los científicos les interesa el tema. Ya inventaron la viagra femenina. Mejorando la irrigación esperaban convertir a las mujeres en máquinas deseadoras. Llego la decepción; parece ser que por muy irrigados que esten los genitales femeninos, el deseo no aparecía.

 

El deseo femenino estaba pues en otra parte.

 

¿En el cerebro? se preguntaron a continuación y aprovecharon para intentar descifrar uno de los grandes dilemas de la humanidad: ¿cómo saber si una mujer finje el orgasmo?

 

Y es que se ha descubierto que el orgasmo femenino tiene un correlato cerebral distinto al del hombre. Durante el órgasmo a la mujer se le "desconectan" los centros responsables del control de conducta, dejándola totalmente fuera de control (esto podría ser el motivo por el cual la mujer, según Teresias, siente más placer).

Qué hacer, la solución, que a priori parece absurda, meter a la mujer en un escaner, no creo que lo sea tanto. Imagino allá en Silicon Valley muchos cerebros masculinos preparando un app para maridos celosos, que sería verdaderamente revolucionario.

 

Otra pregunta de interés: ¿Qué lleva a la mujer a buscar ayuda profesional ren el terreno sexual?

 

En el pasado, antes de la emancipació el motivo principal era la anorgasmia -que no hay que confundir con la falta de placer sexual. Hoy -ya emancipadas- es la falta de deseo sexual, lo que nos lleva a buscar ayuda.

 

Pero ¿qué significa exactamente "falta de deseo sexual". ¿Dónde está la linea roja?

Puede que midamosnuestro deseo con el masculino y sintamos que, de alguna manera, no llegamos.

Aunque independientemente del sexo de nuestra pareja lo normal es que las dos partes no seen lo mismo. No se si habrá muchas mujeres sin pareja que busquen ayuda por este motivo, pero quizás sea la parte dominante de la pareja la que le decida que es y que no normal, y la parte más débil acate y consulte a un especialista en busca de orientación y soluciones.

 

Personalmente no creo en los algoritmos del deseo y pienso que no hay nada más individual que aquello qué realmente deseamos. Y que el verdadero deseo rara vez es politicamente correcto.

 

En este sentido pienso que la mujer emancipada (sexualmente) no es la feminista, ni la que muestra sus pechos para protestar por cualquier causa, sino aquella que -en la intimidad de su dormitorio- se atreve a formular sus deseos sexuales más auténticos, aun cuando estos sean tan banales como la falta de deseo.

 


Escribir comentario

Comentarios: 2
  • #1

    Iñaki (martes, 23 mayo 2017 00:00)

    ¿Podría empezar mi comentario con la siguiente cita?

    "La desorientación es un rasgo característicamente masculino y abarca cada vez más ámbitos. Uno de ellos es el de la sexualidad. Y me atrevería a decir que la masculina en mayor medida, pues parece ser que se confirma que, con respecto al sexo, la hembra tiene un instinto más potente, lo cual también significa una guia más clara.

    La pregunta sería, ¿qué desean realmente los hombres?"

    Podría parecer un texto programático del feminismo. Y sin embargo, en el texto que comento la idea es justamente la contraria: es la mujer la que sobrevive en la indecisión. Y más sorprendente por cuanto se trata de una idea que no coincide ni con la imagen que la cultura ha creado de la mujer, ni con la experiencia acumulada por años de relaciones personales y profesionales (el deseo es parte de todos nosotros en todos los ámbitos). ¿Hay un deseo femenino y otro masculino? ¿O hay más bien una educación en la creación, manifestación y respuesta al deseo por parte de cada uno de los miembros de la baraja de dos cartas? Y otra pregunta que añadiría: ¿Qué lleva a los hombres a negar su necesidad de una guía en el terreno sexual que no sean los amigazos del bar o de los juegos? ¿Podríamos también nosotros llegar a acumular suficiente seguridad y suficiente empatía y suficiente sentido de la orientación (o conocimiento del "dónde estamos parados") como para decir, en mitad de la noche, y sabiendo que se nos entenderá: "lo siento, cari, pero no tengo ganas"?

    Como observador de lo que me ha tocado vivir, siempre me han fascinado esas personas (fundamentalmente mujeres) que sabían modelar su deseo y encauzarlo hacia la consecución de sus sueños, de sus ideales, del modelo de vida que querían alcanzar, aun cuando no compartiera su forma de desear. Eran mujeres de identidades culturales diferentes. Igualmente me han fascinado (y aterrado) esos momentos en los que he perdido el control de mis impulsos a causa del deseo. La pregunta que me sigo haciendo podría acercarse a la que se hizo Cernuda si aquélla no se refiere a una identidad que yo hace tiempo definí. Como hombre me declaro con igual desorientación respecto al deseo.

  • #2

    geo (martes, 23 mayo 2017 09:24)

    Estar desorientado, esa es la veradera condición humana