En un semanario berlines, un periodista escribe un artículo sobre un experimento que hizo con el fin de terminar por una vez por todas con su ambivalencia hacia el turista (berlines en este caso).
Se ha dado cuenta de que arrastra una serie de prejuicios (ver abajo) y no le gusta ser una persona prejuiciosa.
- el turista (por fomentar el florecimiento de negocios como airbnb) es culpable de que los alemanes no alquilen sus casas a parados de larga duración
- el turista interrumpe el flujo de la ciudad; obstruye la entrada del metro o se coloca a la izquierda en las escaleras mecánicas
- el turista provoca la subida de los precios de bares y clubs
- el turista es superficial y no se interesa realmente por la ciudad, no sabe nada de la historia de Berlin y su interés es, cuanto menos, anecdótico y volatil.
Con esto y su buena voluntad, el periodista se dirige a los epicentros de turismo, en busca del turista real que le saque de su error.
No es difícil predecir el resultado. Su encuentro con jovenes avidos de drogas y clubes, venidos con vuelos baratos y acinados en apartamentos alquilados semanalmente por módicos precios no hace sino confirmar lo que se temia: no son prejuicios, son realidades comprobables empiricamente.
El turista es tal y como él se temia.
El artículo está escrito en un tono jovial, en el fondo, quién de nosotros no es turista de vez en cuando. Con el turista todavía es posible la identificacion y si nos tomasemos las conclusiones en serio tendriamos que ser consecuentes y pasar las vacaciones en casita.
Imaginemos el mismo experimento con otro grupo de gente que comienza a ser habitual en el panorama berlines, esos a los que acogimos con tanto entusiasmo, pero que empezamos a conocer ahora, los refugiados.
¿También en su caso se confirmarian nuestros prejuicios? y, ¿que consecuencia tendría esto?
En este punto la sensación es de Deja vue...parece que el ser humano es resistente al aprendizaje o como decia Mark Twain, que "la historia no se repite, pero rima".
Lo que el experimento deja fuera de toda duda es que al ser humano no quiere ver (más allá de su sombra) y precisa, siempre, de chivos expiatorios.
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Ramón (lunes, 04 septiembre 2017 09:54)
Yo, que no soy periodista, he leído algo sobre física, biología, matemáticas y filosofía y he llegado a pensar que actualmente hay más filósofos que en sus orígenes; que en matemáticas, la escala de los números no ha ido de los complejos a los naturales, sino al revés; que en biología, contrariamente a como habla el Génesis, no apareció primero el hombre y luego los seres vivos elementales; que en física, los elementos transuránicos no fueron los primeros en aparecer;...si la flecha del tiempo, no va en dirección al pasado, ¿porque no cuestionarse la validez de algunos, mal llamados y peor realizados, experimentos que adolecen de muchas garantías?