Los celos

Ejemplo 1

He pasado los últimos meses en el gimnasio machacándome para el verano. Quiero impresionar a mi pareja, con la que llevo pocos meses saliendo, y de la que estoy totalmente enamorada.

Estoy radiante.

Y de pronto el idilio se convierte en pesadilla.

El primer día en la playa un par de suecas esculturales acaparan toda la atención de mi novio.

 

Ejemplo 2

Mi hijo de dos años es el rey de la casa.

Le he estado preparando para la llegada del hermanito. Parecía alegrarse. El hermanito nace y mi hijo viene a verme al hospital. En cuanto ve al bebe pegado a mi pecho le lanza una mirada aniquiladora que nunca había visto en él. En los días siguientes, su odio no hace más que ir en aumento.

 

 

Los celos.

 

 

El diccionario los define como "el sentimiento que experimenta alguien cuando sospecha que la persona amada siente amor, cariño o atracción por otra o cuando siente que otra persona prefiere a una tercera en lugar de a ella."

 

¿Qué tipo de sentimientos son los celos?

 

El neurocientífico Antonio Damasio distingue entre emociones y sentimientos.

 

Según él, las emociones serían reacciones básicas del organismo al medio ambiente, una especie de guia básica del comportamiento.

 

Entre las emociones básicas encontramos la alegria, la tristeza, la ira, la sorpresa, el miedo y el asco.

 

Simplificando aún más podríamos reducirlas a dos: el deseo (acercamiento) y el miedo (alejamiento).

 

El primero nos induce a acercarnos al objeto deseado, el segundo nos avisa del potencial peligro (real o subjetivo) que de él emana.

 

La etimologia de emoción implica movimiento, porque son ellas, las emociones, el motor de nuestra vida.

 

Las emociones aparecen en nuestras vidas antes de que seamos capaces de gestionarlas. Y no son exclusivas del ser humano, podemos observarlas en otros animales.

 

Las emociones son extremadamente susceptibles de ser condicionadas, de modo que algo que en principio no es peligroso ni aversivo, puede acabar tomando esa connotación para nosotros.

 

Y por otra parte estarían los sentimientos que son las interpretaciones mentales de las emociones. Y como las emociones no son entidades dicotómicas, sino siempre ambivalentes y mezcladas, los sentimientos son siempre complejos, a menudo confusos.

 

El repertorio de sentimientos que una persona es capaz de sentir y de identificar esta influido por la cultura a la que pertenece y por su propia biografía. Saber hacer una buena lectura de nuestras emociones es algo que tenemos que aprender a lo largo de nuestra vida, en el mejor caso de nuestros padres, en el peor solos o con ayuda de un profesional.

 

Una parte de la terapia psicológica se centra en ayudarnos a entender y contextualizar nuestros sentimientos.

 

Los celos son un sentimiento complejo que aparecen cuando vemos amenazada nuestra posición con respecto a la persona amada.

 

Fenomenologicamente son una mezcla de miedo, amenaza, tristeza, desazón, indefensión, rabia y odio (hacia la persona provocadora).

 

Los celos están estrechamente relacionados con la envidia, pero se diferencian de ella en que esta última no tiene porqué implicar a un tercero.

 

Tanto los celos como la envidia son sentimientos destructivos (sobre todo para el que los siente) pues influyen negativamente en la autoestima, nuestra posición subjetiva respecto al mundo, y desvían nuestra atención de nuestras cualidades a las del objeto odiado, del que llegamos a querer deshacernos para "curarnos".

 

Tanto los celos como la envidia pueden convertirse en obsesiones.

Ambos están provocados por esa necesidad tan humana de compararse constantemente con el otro y sacar conclusiones, casi nunca favorables.

 

Por supuesto que los celos también han sido analizados en laboratorio científicos, con resultados algo tautologicos; activan regiones (el cortex cingulado p.e.) relacionadas con las emociones.

 

Parece ser que producen también un aumento de la testosterona (violencia) y del cortisol, la hormona del estrés. Nuestro cuerpo se prepara para una lucha, que, de no tener lugar (y de tener lugar también), puede tener efectos nocivos para nuestro cuerpo.

 

Otro problema añadido de los celos, y que lo complica todo es el caracter de sospecha, que casi siempre los acompaña.

 

La falta de certeza impide la lucha y fomenta la obsesión con lo cual al único que acaban dañando es al celoso.

 

 

Los mejores análisis de los celos son literarios.

 

El Ulises, de Joyce, describe un único día en la vida de un hombre que sabe con exactitud que su mujer le va a engañar con una persona determinada en un lugar y a una hora concreta.

 

Otro gran celoso era Marcel Proust, que en su busca del tiempo perdido, sufre una vida entera a causa de este sentimiento.

 

Y es que los celos son, como la mayoría de los sentimientos, egocéntricos y pueden seguir atormentándonos aun cuando la persona que los provocó haya pasado a sernos indiferente.

 

«Muchas veces Swann volvía de sus visitas poco antes de la hora de cenar. En ese momento de las seis de la tarde, que antaño era para él tan angustioso ya no se preguntaba qué es lo que estaría haciendo Odette, y le preocupaba muy poco que tuviera visitas o que hubiese salido […] pero el recuerdo no le era grato, y prefería deshacerse de él con una contorción de la comisura de los labios, complementada con un meneíto de la cabeza, que significaba: “¿y a mi qué?”. […] desde hacía tiempo ya no le preocupaba nada que Odette lo hubiese engañado y lo siguiera engañando. Y sin embargo, durante unos años aún anduvo buscando a criados antiguos de Odette: hasta tal punto que persistió en él la dolorosa curiosidad de saber si aquel día, ya tan remoto, y a las seis de la tarde, estaba Odette durmiendo con Forcheville. Luego, la curiosidad desapareció, sin que por eso cesaran las investigaciones».

"En busca del tiempo perdido"

 

No hay ninguna manera de deshacerse de los celos, estos acabarán pasando solos o martirizandonos de por vida.

 


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