TDA(H) son las siglas del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Los expertos lo definen como un trastorno de carácter neurobiológico cuyos síntomas centrales serían: problemas para concentarse, hiperactividad e impulsividad. En niños suele dominar la hiperactividad, en niñas el déficit de atención.
Buscando los orígenes del trastorno, tal y como lo entendemos en la actualidad, podríamos remotarnos hasta mitad del SXIX.
En 1844, un médico alemán, Heinrich Hoffmann, recorría las librerías de su ciudad buscando un libro que regalarle a su hijo Carl, de tres años de edad.
No encontró ninguno que le gustase así que decidió hacerle uno él mísmo. Nacía así "Der Struwelperter", traducido al español como "Pedro, el melenas", uno de los libros infantiles más vendidos en Alemania.
En forma de casuísticas, "Der Struwelpeter" narra los destinos de niños desobedientes que acaban siendo castigados duramente, a veces con la muerte o la mutilación, por su comportamiento inadaptado.
Dos de las historias hablan de niños con problemas de atención e hiperactividad.
Los trastornos psiquiátricos no son entidades fijas.
Tanto sus nombres como las atribuciones causales han ido transformandose a lo largo del tiempo...y multiplicándose; en 1880 existían 8 categorias diagnósticas para los trastornos psiquiátricos, en 1952, tras la publicación del DSM-I, primer Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, eran ya 106. Y hoy, que vamos por la quinta versión del DSM, contamos con casi 400 formas distintas de enfermedad mental (!).
También el TDA(H) ha evolucionado. El término fue acuñado en la tercera versión del DSM. Antes se hablaba de "lesión cerebral mínima" término que, al no encontrarse tal lesión, fue sustituido por el de „disfunción cerebral mínima"
La prevalencia del trastorno (cantidad de ninos
afectados) oscila según el país y la población. Se calcula que actualmente hay un 6% de ninos afectados en Europa.
El origen del trastorno no está claro. La mayoría de los expertos coinciden en atribuirle una causa neurobiológica y consideran la influencia de factores psico-sociales importante pero secundaria. Por este motivo el tratamiento recomendado suele ser farmacológico (Metilfenidato, una anfetamina modificada) y la terapia psicológica consiste básicamente en intentar eliminar los síntomas o psicoeducar a los padres, es decir, informarles sobre el trastorno y darles pautas para lidiar con él.
El metilfenidato es un medicamento psicoestimulante con un mecanismo de acción similar al de la cocaina. Actua bloqueando la recaptación cerebral de neurotrasmisores estímulantes (dopamina y noradrenalina), es decir, dejándolos más tiempo disponibles.
Los efectos secundarios pueden ser (selección) pérdida de apetito, miedo, problemas del sueño, estado de ánimo depresivo, nerviosidad, inquietud, agitación, agresividad, bruxismo, depresión, confusión, mareos, temblores, cefaleas, sudores....
En raras ocasiones aparecen efectos secundarios graves como letargia o alucinaciones.
En ocasiones los efectos secundarios se tratan con más medicación (neurolépticos).
Los efectos a largo plazo de la medicación no están claros.
Algunos espirtus sensibles y optimistas se escandalizan leyendo el Struwelpeter.
Se asombran de la crueldad de la que eramos capaces en el pasado y se enorgullecen al ver cuánto hemos progresado desde entonces.
Y si, verdaderamente hemos progresado, nuestros métodos pedagógicos/terapéuticos son cada vez más sutiles.
Pero surge una pregunta y es si además de sutiles son también menos nocivos.
Según los expertos son necesarios más estudios experimentales para responder a esto.
Pero mientras tanto, por si acaso, seguiremos estimulando a nuestros hijos.
(Extracto modificado del Cómic "Psicopatologia infantil/Los soñadores" de Georgia Ribes y Roberto Calvo)
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