Abril es el mes más cruel, criando
lilas de la tierra muerta, mezclando
memoria y deseo, removiendo
turbias raíces con lluvia de primavera.
El invierno nos mantenía calientes, cubriendo
tierra con nieve olvidadiza, nutriendo
un poco de vida con tubérculos secos.
El verano nos sorprendió, llegando por encima del Starnbergersee
con un chaparrón; nos detuvimos en la columnata,
y seguimos a la luz del sol, hasta el Hofgarten,
y tomamos café y hablamos un buen rato.
Bin gar keine Russin, stamm’ aus Litauen, echt deucht.
Y cuando éramos niños, estando con el archiduque,
mi primo, me sacó en un trineo,
y tuve miedo. Él dijo, Marie,
Marie, agárrate fuerte. Y allá que bajamos.
En las montañas, uno se siente libre.
Leo, buena parte de la noche, y voy al sur en invierno (..)
(Fragmento de La tierra Baldia, T.S.Eliot)
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